A pesar del tiempo, la Segunda Guerra Mundial ha sido tema recurrente del arte en general, en la mayoría de las veces se trata de plasmar la gran tragedia vivida tanto por judíos como por el resto del mundo. En esta ocasión el tema es abordado en la novela gráfica llamada Maus: A Survivor’s Tale de Art Spiegelman, artista hijo de sobrevivientes del holocausto por lo cual resulta un testimonio crudo sin importar la manera en la cual se retrata.
Art Spiegelman, humorista gráfico, escritor y editor, decide durante los 70’s entrevistar a su padre Vladek Spiegelman, sobreviviente de los campos de concentración nazis, con el fin de escribir un libro que cuente su historia. Así empieza Maus, la novela gráfica ganadora de un premio Pulitzer en 1992. Esta novela está dividida en dos partes: Mi padre sangra historia e Y ahí empezaron mis problemas en ambas se intercala tanto la historia contada por Vladek como la historia de Art al tratar de sacarle a su padre todo lo que pueda recordar acerca de su estadía en los campos nazis.
La novela se presenta con ilustraciones en blanco y negro, saltos de tiempo en la narración y, lo que resulta interesante, los personajes son animales antropomórficos es decir, los judíos son representados por ratones, los nazis por gatos y los polacos no judíos como cerdos, por mencionar a los más relevantes; todo esto, parte del estilo propio del autor, pareciese ser ocupado para minimizar el impacto de lo que cuenta Spiegelman pero es imposible no estremecerse ante tal testimonio.
A demás de lo ocurrido en los campos de concentración la obra toca temas como las secuelas que padecieron los sobrevivientes: la depresión que acaba con la vida de Anja, madre de Art y la culpa de haber sobrevivido que padece el terapeuta de Art y el mismo Vladek, así como problemas más comunes, como, la difícil relación padre e hijo y la inminente vejez.
La obra nos muestra esa sombra oscura que dejó la Segunda Guerra Mundial en todo aquel que la vio y se queda como una reinterpretación gráfica y narrativa de lo ocurrido, contribuyendo a la memoria colectiva, porque hay eventos de la humanidad que se deben recordar para no repetirse.